Los derechos humanos, son derechos subjetivos, que en su mayoría no pueden ser exigibles a ningún funcionario por ser parte de un metalenguaje jurídico, que los considera como aspiraciones, por tanto los derechos humanos son una estrategia lingüística para ejercer el poder por parte de los capitalistas, convirtiendo así a los capitalistas en el centro y a los ciudadanos en individuos. Sin embargo, los derechos humanos son subversivos en sí mismos, primero para la clase burguesa que se alzó con el feudalismo y ahora en manos de la clase proletaria. Por tanto este mito que fue creado para la toma del poder, es hoy en día un arma para la lucha de clases.[1]
[1]Este artículo constituye la segunda parte de un trabajo iniciado con “los derechos humanos. Entre la historia y el mito, 1”, publicado en Crítica Jurídica núm. 25.
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