La versión cuenta que la naturaleza del hombre es malévola.
Los hombres cansados de matarse entre sí, buscan un príncipe y se despojan ante él de todos sus privilegios sus “derechos” subjetivos, otorgándole el poder a la ley y ese poder no es otra cosa que la ley, puesta en manos de un monarca absoluto, el cual, así, encuentra su legitimación la idea básica aquí, es la que el hombre es un ser maligno. Tiene una naturaleza no amigable. Esta idea ha aparecido en muchos relatos del origen el clásico a citar entre todos Hobbes:
|…| señalo, en primer lugar, como inclinación general de la humanidad entera, un perpetuo e incesante afán de poder, que cesa solamente con la muerte.[1]
Observe que la “naturaleza” humana, esta mentada como una “inclinación” lo cual algo tan masible como la misma naturaleza. Quienes hablan de esta última, no pueden más que hablar de su “consistencia”, pero no pueden ni mostrarla ni definirla.
Antes, Hobbes ha definido al poder:
El poder de un hombre (universalmente considerado) consiste en sus medios presentes para obtener un bien manifiesto futuro, (idem, capitulo X, p. 69).
Y enumera las cosas que dan poder, con gran sabiduría : desde las facultades del cuerpo y la inteligencia, hasta la reputación y la ciencia, la estimación pública y la elocuencia.
[1] Thomas Hobbes, Leviatan, traducción de Manuel Sánchez Sarto, México, FCE. 1992, p.19, capitulo 11. Se publico originalmente en 1651. La citas siguientes son de esta versión.
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